El duelo

Duele ver con claridad. 
Duele descubrir viejos patrones: siempre estuvieron ahí pero no los habías notado (o, tal vez, habías decidido ignorarlos).
Duele el ejercicio de mirar hacia dentro.
Duele encontrar los vacíos, las rabias contenidas, las tristezas nunca lloradas.
Duele dejar ir las idealizaciones.
Duele pararse firme.
Duele soltar, incluso aquello que te ha hecho mal.
Duele atravesar el dolor.

Pero, ¿cómo no querer ver con claridad?
¿Cómo no destruir los patrones que se han vuelto inútiles?
¿Cómo ignorar los llamados que vienen de adentro?
¿Cómo no honrar lo sentido, el vacío, la rabia, la tristeza?
¿Cómo no pararse con la frente en alto? 
¿Cómo pasar este dolor si no es desgarrándote?


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