Indiferencia selectiva

Hace unos días me ví la película de Disney-Pixar "Coco". Me emocioné y lloré con la historia de ese niño.

Y hace unos días también, le he estado huyendo a una imagen. Sé qué es -aunque quisiera no saberlo-, sé que es el cuerpo de un niño de 12 años que recibió un disparo, hecho por un policía y murió. Le disparó porqué pensó que era un ladrón. Quería no saber pero mi muro de facebook se inundó con esa imagen y yo solo intentaba pasar rápido porque no quiero ver esa historia repetida, no quiero atravesar ese dolor.

Como hace unos años que hago dieta de noticias, sé lo mínimo. Pero por alguna razón también sé los comentarios que no he leído, los que piden "matarlos a todos" o los que se alegran porque hay "uno menos"...uno menos de los malos, al parecer. Los sé o los imagino, porque -y esto si lo sé con certeza- aunque no los lea están ahí.

Empecé diciendo que ví "Coco", que lloré y me emocioné. Y no entiendo cómo es posible empatizar más con ese niño de 12 años que decide robar una guitarra, ese Coco que lustra zapatos, ese Coco que no existe, ese Coco de final feliz, que con ese pibe de carne y hueso, que flota en cada imagen sobre un charco de sangre.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Más fácil cuadrar una docena de micos* para una foto

El pánico de la vida adulta

Es cierto, somos la sal de la tierra.