Hace unos días compartí en facebook este gif que me causó mucha gracia: Me reí sin parar y no pude evitar pensar en mi vida durante estos últimos años. Creo que fue el 9 de noviembre, de hace ocho años, cuando aterricé en Buenos Aires. En ese momento, recuerdo tener planeado hasta el último detalle del viaje: iban a ser dos años de maestría, dos años viviendo en Buenos Aires, trabajaría en lo que fuera -no importaba mucho- y luego, regresaría triunfal a Colombia, con mi título bajo el brazo y una linda experiencia que contar a los amigos. Creo que hasta ese viaje mi vida había sido siempre así: yo planeaba y todo salía como quería. Tal vez por eso me costó mucho darme cuenta de lo que empezó a pasar cuando pisé Argentina. Conseguí un trabajo de camarera en un restaurante, pasé las fiestas sola y unos meses después empecé a estudiar. Creo que supe casi al instante que odiaba esa maestría. Pero el plan estaba trazado. Se trataba del Plan A y nunca pensé que necesitara otro. Como di