Entradas

Mostrando entradas de enero, 2018

De papás reales, papás imaginarios y golpes contra la vida.

Hace unos años (no vamos a decir cuántos para que no se me caiga el documento de identidad) había terminado la universidad y me encontraba un poco perdida sobre lo que traería el futuro. Había hecho todo como debía: había sido muy buena estudiante, había sacado buenas notas y ahora estaba ahí, con el diploma bajo el brazo, sin trabajo, con unas ganas enormes de seguir estudiando y sin un peso. Pensaba que la vida me estaba traicionando. Si yo había hecho todo lo que mandaba el manual, ¿por qué ahora no obtenía algo -una oportunidad, una mano amiga, una beca, ¡algo!-? La desilusión era enorme y por un momento -¿días, semanas?- me paralicé. Supongo que fui muy llamativa en ese momento, imagino que se me veía la cara de confusión cuando un día mi papá entró a mi habitación y me dijo algo que sé que no se me va a olvidar, fue algo así como un cachetazo de realidad. Él dijo: "Nadie, nunca te regaló nada, por qué sentarse a esperar ahora". Imagino que lo miré con asombro. Era ver

Anotaciones de mi bitácora de embarazo.

5to mes de mi embarazo. ¿Cómo lo llevo? Con extrañeza y asombro, como quien camina por una selva tupida y desconocida: no sé qué hay más allá, tampoco entiendo muy bien por dónde estoy caminando. Hay cosas bellas en esa selva, pero también hay sonidos que nunca escuché antes y que me ponen la piel de gallina. Nadie me dio un mapa (creo que no existen mapas de estas tierras). Voy haciendo mi propio camino y tengo miedo de perderme. O tal vez ya estoy perdida y no lo sé. Me cruzo con gente, todos están felices y me felicitan, me desean lo mejor y pasan. Yo también estoy feliz. Pero no todos los días, porque hay días en que la selva aparece amenazante o confusa. Hay días en que la selva me estremece y me come. Luego amanece y sigo viva. Lidiar conmigo y con lo que no puedo controlar. Lidiar con mis hormonas que juegan a la euforia o a la tristeza. Lidiar con lo que no entiendo, con no saber qué pasa en mi propio cuerpo. Lidiar y a veces ni siquiera saber con qué estoy lidiando. Odio e