"No tengo amigas, porque las mujeres son demasiado complicadas e histéricas"
Hace unos años solía decir que me era más fácil relacionarme con hombres y que prefería evitar tener amigas porque eran "demasiado complicadas e histéricas". Había tenido amigas en el colegio y en la universidad, pero ya no les hablaba casi nunca. Miraba a otras mujeres con desconfianza. Me tomó mucho tiempo comprender que yo también soy "complicada e histérica", que desconfiaba de mi propia naturaleza femenina. Tener problemas en mi relación con otras mujeres era tener problemas en mi relación interna. Confieso que no fue fácil atravesar mis propios prejuicios. Pero cuando logré hacerlo, descubrí un mundo. Parte de ese terreno inexplorado fue empezar a conocer y aceptar mis transformaciones. Comprobé que sí -como siempre había creído con un gesto de desdén- somos cambiantes, pero no, eso no me hace una loca (ni a mi ni a mis amigas). Más bien resulta que la vara con la que nos mide el mundo -esa en donde prima lo cíclico y repetido, para poder establecer normas y e