Mi cuerpo mio. Mi cuerpo, mi templo.

Solicitada.
Dejen de andar preguntando, como si nada, para cuando piensa una encargar un bebé. Mil gracias por las miles de advertencias sobre como me hago más vieja pero, en serio, no son necesarias. Sé perfectamente cuantos años tengo y lo que le pasa a mis óvulos con cada año que pasa.

No es una pregunta inocente. No es como preguntar por el clima. No es una pregunta cuya respuesta desee discutir con todo el mundo. No. Es invadir territorios privados que solo a mi (y a mi pareja) nos incumben. No me hablen de "responsabilidad social" cuando se refieran a mis óvulos. Somos más de 6.000 millones en este planeta, no es que se va a acabar la especie si yo no procreo o si aplazo la decisión.

Estaría bueno abolir esa cuestión del listado de preguntas comodín que se le hace a cualquier mujer (¡y cuya probabilidad de aparecer aumenta cuando está en pareja!). Existen cientos de razones que hacen de este un tema privado: ¿Y si esa mujer es estéril? ¿Y si lleva meses buscando embarazarse sin éxito? ¿Y si la está matando la presión social? ¿Y si prefiere adoptar? ¿Y si le está dando prioridad a su carrera? ¿Y si no le interesa ser madre? Cada razón es tan íntima, que imagino al preguntón sonrojándose si una -en vez de ponerse nerviosa y querer salir del paso con rapidez- planteara todo el sinfín de contradicciones internas que el tema puede traerle a la cabeza. ¡Ah! Porque no es un tema fácil este: nuestro sistema operativo, instalado de fábrica, nos presiona. Nuestro cuerpo, nos recuerda cada mes que ya está listo. Y si a eso le sumamos madres, suegras, vecinos y desconocidos, la cosa se vuelve siniestra.

En serio, dejen de preguntar "¿para cuándo el bebé?", asumiendo sin delicadeza que hay un cuando y no una posibilidad real de optar por la maternidad. Saquen sus ideas y preconceptos de cuerpos ajenos.

PS: Justo ayer el Negro me dijo que se iba a tatuar un samurai en el antebrazo izquierdo. Lo miré y sonreí. Hace unos meses que luce un diseño maorí, que baja desde el hombro hasta el codo derecho, que suscitó un comentario en facebook que nos llamó la atención. Decía algo sobre respetar al cuerpo porque era "nuestro templo". No puedo estar más de acuerdo. Nuestro cuerpo es nuestro templo. Permítannos decorarlo/amarlo/vivirlo a nuestro manera.

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