Quiero escribirte algo bonito.

Quiero escribirte algo bonito.
Quiero que sepas que estás hecho de estrellas, aunque también te he puesto algo de lágrimas y tristezas, porque no podrías ver lo bello si no ves también un poquito de lo feo.
Quiero contarte cuentos de hombres y mujeres valientes, aunque sé que el mundo está lleno de cobardes, pero yo quiero que creas que puedes cambiarlo todo, aunque te estrelles contra las paredes y a veces me odies un poquito. Si te enseño a mantener la esperanza es porque yo vivo de esperanzas y aquí sigo.
Quiero conocerte, quiero que hablemos y me cuentes cómo te dibujas el mundo. Quiero que no nos entendamos, que nos sintamos lejos y que me obligues a caminar hacia ti, a ver la vida con tus ojos nuevos.
Quiero que me retes. Quiero que me digas, por ejemplo, que vas a ser ingenierx y yo, que no entiendo nada de números ni cuadrículas, me vea obligada a sentarme a estudiar y a leer para poder estar cerca tuyo.
Quiero que martilles todo en lo que creo, que me ayudes a reaprenderlo todo, que contradigas mis más centrados argumentos.
Ya empezaste a poner de cabeza mi mundo, ya hipotecaste mi cuerpo por nueve meses, sin pago de alquiler, ya me robaste el sueño tranquilo y las papas fritas. Ya estás robando mi atención más de lo que me gusta. Y aún así, sonrío cuando bailas ahí, a tu ritmo, con tus tiempos, haciéndome saber que aunque te gestaste adentro mío, nunca seré tu dueña.
El otro día se lo dije a tu papá: todo esto es como si un día, de repente, encontraras una habitación nueva, en la casa que has habitado siempre. Así, ibas caminando por el pasillo, el mismo que habías recorrido mil veces, y viste esa puerta que, estás segura, nunca estuvo ahí antes. Se te acelera el corazón, te entra el pánico. ¿Podría estar enloqueciendo? Y abres la puerta, decides abrirla. Buscas el interruptor de la luz mientras sientes tu respiración acelerada y el sudor que baja por tu cara. Yo no supe qué ví. Tu papá si lo supo. "Encontraste una biblioteca"-me dijo tu papá, que sin duda sabe más de lo que dice a veces. Y yo respiré y sonreí. Porque amo los libros y porque tuve la certeza de que estás aquí para que yo aprendiera todas las cosas que sola no puedo.
Por ahora compartimos espacio en este cuerpo y me doy el lujo de sentirte cada minuto de mi vida. Pero muero de ganas por que nos veamos a los ojos, por caminar juntos, por acompañarte en este camino, mi Amaru de las estrellas.

Ilustrador: desconocido.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Más fácil cuadrar una docena de micos* para una foto

Para Michelle