Romeo debe morir (y Julieta también, por favor)

"And I'm thinking 'bout how people fall in love in mysterious ways
Maybe just the touch of a hand"
(Ed Sheeran - Thinking Out Loud)

Me encanta contar esta historia: yo tenía 15 años y amaba a Menudo (sé lo que esta confesión le hace a mi imagen... es parte de mi pasado oscuro). Una tarde, el papá de una amiga nos llevó a las instalaciones del canal de televisión local, en donde iban a estar los susodichos. En el patio del edificio bullían las hormonas y la histeria adolescente. Todas gritábamos (sin saber muy bien por qué). De repente, en el tercer piso, se abrió una ventana y un brazo salió a saludar. Casi me desmayo, no miento. En ese brazo se reflejaba toda la pasión de la que era capaz mi cerebro adolescente. Unos años después, le conté la historia al Negro (con quien estoy casada hace siete años) y él, entre risas, me reveló que era él quien agitaba su brazo desde el tercer piso. Él era camarógrafo en ese canal de televisión. Ver tantas adolescentes enloquecidas le causó una gracia enorme a él y a sus amigos. 

Sé por qué me gusta esta historia: le pone un aderezo mágico a una relación de once años. Y con lo difícil que es iniciar y mantener una relación hoy en día ¿a quién no le gusta pensar que su otra mitad anda por ahí, dejando señales, como miguitas de pan en nuestras vidas? ¿A quién no le gusta pensar que el destino se encargará de nuestra vida amorosa? Pero no es cierto. Bueno, la historia es real, pero la interpretación es engañosa. La interpretación hace parte de eso que llamamos "amor romántico", que no es más que una forma irreal de mirar nuestras relaciones afectivas. Porque lo cierto es que esa anécdota, por muy bonita que me parezca, no explica cómo empezamos nuestra relación o cómo hemos logrado sostenerla años tras año. La historia de esa casualidad que fue el cruzarnos, no dice nada sobre las negociaciones constantes, los diálogos interminables, los aprendizajes mutuos, la apertura mental que implica conocer y dejarse conocer. 

Pienso en millones de canciones románticas, toneladas de poesía, cientos de películas. Ahí donde concluye la película, el poema, la canción, ahí no hay amor. Calentura, pasión, deseo, a mi no me van a cambiar amor por explosión de fuegos artificiales. Yo no creo en el amor a primera vista. Yo creo en el amor a 500 vistas o, mejor aún, a 80 millones de vistas. Eso si es amor. 

Hace unos días se viralizó la romántica historia de un chico español, va más o menos así: chico tímido ve a chica bonita en un tranvía. Chico tímido nunca se acerca, solo la observa. Chica bonita parece triste. Al llegar a su parada, chico se anima a hacerle un gesto, invitándola a bajarse con él... -Tal vez podría invitarla a cenar y alegrarle la noche- pensó chico tímido. Pero chica bonita mira para otro lado. Al día siguiente, chico tímido pega carteles en las estaciones de tranvía en donde explica que ha quedado prendado, que ella se veía triste y que él está seguro de poder hacerla sonreír. Aparecen los medios, embelesados por la historia romántica, y el asunto toma tintes virales. ¿Gesto de amor romántico o acosador en potencia? Al día siguiente del revuelo mediático, chica bonita (aparentemente) responde también con carteles: cuenta que se sintió asediada por la mirada de chico tímido durante todo su viaje. "¿Si de verdad quieres sacarme una sonrisa, deja de buscarme".

Voy a suponer que chico tímido no tenía ninguna malvada intención y que solo pretendió mostrar sus sentimientos de manera honesta. Pero al hacerlo quedó, cual exhibicionista callejero, mostrando todo el andamiaje de ese "amor romántico" al que nos tienen tan acostumbrados.

"Estabas preciosa" -dice nuestro galán tímido-. "Me gustaría haber reunido el valor de sacarte del infierno que estabas pasando y alegrarte la noche". Evidentemente, chico tímido se ve a si mismo como el esperado héroe de cualquier comedia romántica. Él está seguro de poder arreglarle la vida a esta damisela en apuros. Cree que es él lo que ella necesita, ¿por qué habría de negarse? Chico tímido, en medio de su embelesamiento, olvida pensar que un extraño que te mira con insistencia en un medio de transporte público puede ser un peligro en potencia. Chico tímido olvida que no la conoce ¿cómo puede suponer qué es lo que ella necesita? Chico tímido ha sido víctima de un sistema que siembra nuestra esperanza de hallar el amor en cualquier esquina. 



En mi experiencia, y voy a ser muy sincera, no hubo cupido lanzando flechas. Yo no creo haber estado enamorada del Negro durante los primeros meses que salimos juntos. Y saben qué, me parece perfecto que haya sido así, porque ¿cómo carajo hace uno para amar a alguien que no conoce? Me encantaba su cuerpo, me gustaba hablar con él y me sentía muy poderosa seduciéndolo. Luego empezamos a vivir juntos y fue así, conociéndonos, sorprendiéndonos, molestándonos, como empecé a amarlo. Y ahora sí, tras once años, sé que es amor lo que hay entre nosotros y lo seguimos cuidando.  

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