¿Qué hago con tanta indignación?

Les juro que odio quejarme y van mis disculpas por adelantado. Pero hoy no da para más. Será porque ganó Macri o por los atentados de París o porque La Nación clama para que se detenga "la venganza" o porque Clarín decidió referirse a la nueva primera dama como una mujer "educada para sonreír", el asunto es que hoy amanecí un poquito más asqueada de lo normal. Por ahí leí en facebook que el mundo es un lugar de mierda lleno de cosas maravillosas. Qué difícil que es ver las maravillas a veces. Tal vez no tiene mucho sentido escribir en este mundo al revés, capaz de vivir en espiral, recibiendo ecos de guerras "santas", pasados trágicos y viejas creencias. ¿Estamos condenados a repetir nuestra historia, como en un juego infinito de espejos?

Ganó Macri. Mi hermana me escribe por whatsapp desde Colombia: "ahora se va a gomelizar todo". "Gomelo" en mi país se refiere a la persona "high class", proveniente de cuna de oro (o al menos así lo cree el susodicho), que pasa sus días entre el "shopping" y el "gym" o en algún "restó" o lounge de moda, ajena totalmente a esa "otra gente" que pulula por ahí y que no son de su "clase" mientras se gastan el dinero de "papi y mami". Dios nos guarde.

Tras el triunfo de la derecha en las elecciones presidenciales, no debería sorprenderme que La Nación publique un editorial clamando "No más venganza" y que Clarín titule una nota así: "Juliana Awada: la nueva Primera Dama, educada para sonreír". El cambio. Eso compraron el 51,4 por ciento de los argentinos. Y el cambio empieza por cambiar la palabra "justicia" por "venganza" y así poder defender a aquellos pobres represores de la última dictadura cívico-militar que han sido tan injustamente perseguidos en los últimos años. Y el cambio sigue, trasladándonos unos siglos atrás, cuando a las mujeres nos educaban sólo para sonreír, estorbar lo menos posibles y lucir bellas junto a un hombre. ¡Bah, es Clarín! No les pido que hablen de los negocios turbios de la familia Awada, contratando talleres clandestinos repletos de extranjeros trabajando en negro, pero ¿en serio, así, sin ningún pudor?

El otro día leía un posteo de uno de mis amigos de fb. Decía, tras los atentados en París, que lo único que leía era personas indignadas por los atentados, personas indignadas por la indignación de los primeros y personas indignadas con estos segundos indignados. Finalmente, preguntaba si lo único que nos quedaba era la indignación. Supongo que es una buena pregunta.


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